La Capilla Loretto, erigida entre 1873 y 1978 en Santa Fe, Nuevo Méjico, tiene una escalera circular para subir al balcón del coro que da dos vueltas completas en espiral de 360 grados sin soportes centrales o laterales y es considerada un logro arquitectónico «milagroso».
La leyenda dice que las pequeñas dimensiones de la capilla y la altura del balcón para el coro impidieron el uso de una escalinata convencional. Ante la opción de usar una simple escalera de mano o reconstruir todo el balcón, las buenas hermanas rezaron a San José, el santo patrón de los carpinteros, y un carpintero apareció, construyó la escalera y desapareció misteriosamente antes de recibir su paga.